Que miras?

lunes, 7 de julio de 2008

"Pretender que uno es el centro", pensó Oliveira, apoyándose más cómodamente en el tablón. "Pero es incalculablemente idiota". Un centro tan ilusorio como lo sería pretender la ubicuidad. No hay centro, hay una especie de confluencia continua, de ondulación de la materia. A lo largo de la noche, yo soy un cuerpo inmóvil, y del otro lado de la ciudad, un rollo de papel se está convirtiendo en el diario de la mañana, y a las ocho y cuarenta yo saldré de casa y a las ocho y veinte el diario habrá llegado al kiosco de la esquina, y a las ocho y cuarenta y cinco mi mano y el diario se unirán y empezarán a moverse juntos en el aire, a un metro del suelo, camino del tranvía..."






(Julio Cortázar, Rayuela, Cápitulo 41)

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